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BARCELONA PARTICIPA, JUNTO A 13 CIUDADES ESPAÑOLAS, EN UN PROYECTO DE CIENCIA CIUDADANA. 

Miembros de Biciclot, CARGOBICI y BACC miden desde Enero las partículas PM2,5 en tiempo real mientras pedalean o caminan por las calles de nuestra ciudad. 

Desde Enero, ConBici, Coordinadora en Defensa de la Bicicleta que reúne a más de 70 asociaciones ciclistas urbanas, ha iniciado un proyecto pionero de ciencia ciudadana. Están midiendo los niveles de PM2,5 en tiempo real mientras pedalean, en tramos habituales, por 14 ciudades españolas.

Es así, como las asociaciones ciclistas están conociendo el aire que respiramos al pedalear hacia nuestros trabajos, cuando nos desplazamos para cuidar, comprar o por ocio en los barrios de nuestras ciudades. Quieren saber de qué dependen los niveles contaminantes atmosféricos que respiramos y si los niveles alcanzados son perjudiciales para nuestra salud. Para ello, utilizan un medidor móvil que ha sido evaluado por el CSIC (Consejo superior de Investigaciones Científicas) como un medidor fiable y emite los resultados en abierto en una aplicación y que después Conbici vuelca a su web: www.cyclingwithcleanair.conbici.org

ConBici defenderá a la bicicleta en la mejora de la calidad del aire y en las Zonas de Bajas Emisiones. 

Las personas que caminan y van en bici no emiten contaminación y son por tanto desplazamientos de 0 emisiones que deben ser considerados como prioritarios en las ZBE. Estas zonas, además de restringir los desplazamientos en vehículos a motor de combustión,  deben garantizar la promoción de la movilidad activa y segura a pie y en bicicleta y el transporte público de manera prioritaria y decidida.  Las asociaciones ciclistas reclaman junto con el resto de las organizaciones socias de CLEAN CITIES medidas que garanticen la ciclabilidad fácil y segura en las ciudades. Solo así se podrá conseguir una mejora de la calidad del aire consistente y duradera que proteja la salud de la población y evite el coste económico y social de las enfermedades y mortalidad prematura que produce la contaminación atmosférica.

Barcelona registra, en dos ocasiones, índices superiores a los recomendados por la OMS.

Durante las primeras mediciones en Barcelona, nuestro voluntariado de Biciclot, Cargobici y Bacc han realizado un total de 55 mediciones con  valores medios de partículas PM2.5 superiores a 25µm en 15 ocasiones, lo cual supone multiplicar por 5 la cantidad máxima anual recomendada por la Organización Mundial de la Salud.

Gemma Simón, voluntaria en la ciudad, destaca que el diseño de las calles influye mucho en el aire que respira. “Calles dónde hay una pequeña separación con los coches- como Passeig de Sant Joan- presentan unos valores mucho mejores que las calles donde la separación es mínima. Por ejemplo, Roger de Llúria es una calle que tiene separadores bajos y, sobre todo en los semáforos, la contaminación sube mucho”.

Para la Coordinadora del Área de Salud de ConBici, la médica Marian Sintes, resulta preocupante la calidad del aire en Valencia registrada en estas primeras mediciones, ya que “solo el 14,54% de las mediciones que hemos registrado de PM2.5 en Barcelona cumplen el valor máximo anual recomendado por la OMS, lo cual perjudica la salud de las personas vulnerables y de la población en general”.

Dentro del proyecto Cycling with Clean Air, ConBici medirá la calidad del aire en 14 ciudades de toda España durante 13 meses y está previsto solicitar información al Ay. de Barcelona para examinar su Zona de Bajas emisiones y  las medidas que plantee para la mejorar de la calidad del aire, junto con  aquellas medidas destinadas a favorecer aquellos medios de movilidad no contaminantes y saludables como es la bicicleta.

La OMS revisa los niveles de contaminación atmosférica para proteger la salud

Recientemente la Organización Mundial de la Salud ha actualizado las recomendaciones para los principales contaminantes urbanos. En la revisión efectuada, la OMS ha tenido en cuenta las evidencias científicas publicadas que advierten que incluso a bajas concentraciones de los contaminantes mencionados existe un impacto en la salud que puede ser extremo. Existen evidencias robustas sobre el aumento del riesgo de enfermedades respiratorias, como infecciones respiratorias y asma, cardiovasculares, como infartos cardiacos y cerebrales, cáncer de pulmón y deterioro cognitivo. Pero también las evidencias advierten sobre retrasos del crecimiento y la maduración intrauterina. El mayor impacto de los tóxicos ambientales recae en la población infantil y vulnerable comprometiendo la salud a futuro de la población. 

9 de cada 10 españoles ha respirado un aire con niveles de contaminación superior a la nueva guia de la OMS

Analizando los datos que publicaron las administraciones en sus estaciones de medición durante el 2020, se estima que la población española que ha respirado aire contaminado alcanza los 42 millones de personas, el 88 por ciento de la población.  Eso que durante el periodo de pandemia Covid, debido a las restricciones en la movilidad  y la disminución del tránsito rodado, se produjo una mejora de la calidad del aire en ciudades y carreteras del estado español.

A pie de calle la concentración de contaminantes es más elevada

Los contaminantes primarios provenientes del tráfico disminuyen la concentración según nos alejamos del foco. Por lo tanto, los niveles registrados por las estaciones fijas de medición podrían ser más bajos que los que respiramos la población en las calles. Exposiciones puntuales,  condiciones de mala dispersión de contaminantes aumentan la mala calidad del aire. Especialmente preocupan los menores que por su menor estatura respiran concentraciones superiores a las inhaladas por los adultos (en torno a un 15% más) siendo además más susceptibles a los efectos negativos de los contaminantes por estar en etapa de desarrollo. Por todos estos motivos, la mala calidad del aire que respiramos es ya un grave problema de salud pública. Será necesaria la implicación política, administrativa  y ciudadana para solucionarlo, teniendo siempre en cuenta las diferencias entre quienes causan el problema y quienes lo sufren.

La implantación de las zonas de bajas emisiones en las ciudades a partir de 2023
Es por ello que a partir de 2023, la ley de cambio climático y transición energética que entró en vigor en mayo de 2021, exige a los municipios españoles de más de 50.000 habitantes la implantación de Zonas de Bajas Emisiones. Las ZBE serán zonas delimitadas dentro de las urbes donde se restringe el tráfico ya sea en cuanto a circulación, acceso o aparcamiento o en base a la clasificación medioambiental, es decir, discriminando por la etiqueta de la DGT. En el caso de la contaminación por PM2,5, los vehículos eléctricos emiten cantidades similares de PM2,5 a los vehículos de combustión, por lo que solo la reducción drástica del número total de coches que circulen será efectiva para conseguir mejorar la calidad del aire. No existe un marco legislativo común para aplicar en las ZBE y no hay obligación de priorizar decididamente los trayectos a pie o en bicicleta. Para CONBICI esta omisión es incomprensible porque el desplazamiento activo tiene una etiqueta de 0 emisiones.

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